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lunes, 24 de diciembre de 2012

El pediatra virtual

La accesibilidad ha sido siempre uno de los grandes valores de los pediatras de cabecera. Situaciones de angustia familiar originadas por la enfermedad de alguno de los hijos hacen necesaria una intervención a corto plazo del profesional de la salud.
Es evidente que, como en todas las profesiones, el horario laboral del pediatra es finito y es imposible atender de forma presencial a todos los pacientes siendo en estos casos los servicios de urgencias los encargados de realizar esta función. Sin embargo, este hecho ha originado una saturación de los citados servicios de urgencias, empujados a atender patología no urgente generando, en no pocas ocasiones, insatisfacción tanto en pacientes como en los profesionales. Es por este motivo que muchas familias prefieren un contacto telefónico con su pediatra de confianza, conocedor del entorno familiar y del historial médico del paciente, que una visita al servicio de urgencias.
Las bondades de las consultas médicas telefónicas son muchas pero no debemos olvidar sus inconvenientes y riesgos pues el hecho de no tener visión directa sobre el paciente puede generar una incorrecta interpretación de la situación real por parte del pediatra.
Otro aspecto a destacar es la evolución del estilo de vida de la población y que ha originado un profundo cambio en las prioridades y en los valores básicos de las familias. Cada vez son más las madres trabajadoras, madres con horarios que hacen difícil la conciliación de la vida laboral y familiar
Esta falta de conciliación entre vida familiar y laboral, hace que muchas familias deban buscar alternativas al cuidado de sus hijos. Abuelos aparte, las guarderías y ludotecas son el destino habitual de estos niños
Por otra parte, varios estudios demuestran que la presencia de Internet en los hogares ha crecido de forma exponencial en los últimos años así como el uso del mismo por parte de la mujer trabajadora.
A todo ello, hay que añadir la creciente falta de sostenibilidad de nuestro sistema sanitario. Este hecho obliga a utilizar nuevas fórmulas de practicar la medicina. La aparición de proyectos de telemedicina con objetivos como minimizar las listas de espera, hacer más eficientes algunos servicios o evitar desplazamientos son algunos ejemplos
Los servicios sanitarios de los que disponen los centros escolares son limitados. Algunas disponen de un pediatra que visita a los niños de forma concertada con cierta periodicidad pero con poca capacidad resolutiva ante los casos agudos que se presentan casi a diario.
La ya comentada dificultad de conciliación entre vida familiar y laboral, hace que los padres, muy a su pesar, lleven a sus hijos a la guardería a pesar de padecer algún proceso agudo. A su vez, la presencia en las guarderías de una elevada concentración de niños de corta edad, en estaciones del año con elevada presencia de epidemias de tipo infecciosos, hace que el debut de no pocos procesos se produzca en el propio centro educativo. A ello hay que sumar también los accidentes escolares como traumatismos o heridas abiertas
Todo ello genera a los cuidadores de los centros, situaciones de angustia cuando se produce algún incidente que afecta a la salud de alguno de los alumnos. La dificultad para localizar a las familias y para que estas acudan con celeridad a recoger a su hijo hace que los cuidadores asuman una responsabilidad para la cual en ocasiones ni les corresponde ni están preparados.
Ante tales evidencias, nuestro centro de trabajo, la Fundació Hospital de Nens de Barcelona, pone en marcha en septiembre de 2010, la Unidad de Telemedicina. Dicha unidad, da servicio a los centros escolares y guarderías de referencia mediante un dispositivo de valoración on-line de patologías pediátricas a través de videoconferencia.
El centro genera una petición a través de su dispositivo, el sistema registra la petición de visita en el dispositivo del médico que en ese momento esté a cargo del servicio.
A través de videoconferencia, el médico establece contacto visual con el paciente y el cuidador dando comienzo la valoración. La valoración sigue los estrictos cánones de la visita médica y se basa en protocolos realizados “ad hoc” para el servicio por video conferencia. El dispositivo está dotado de un fonendoscopio digital y de un medidor de la saturación de oxígeno que permiten al profesional valorar también el sistema cardiorrespiratorio.
Con la información obtenida, los síntomas expuestos por el adulto y la visión del paciente, el facultativo podrá decidir si el menor debe ser trasladado hasta el servicio de urgencias del hospital. En el supuesto que no sea necesario su traslado, el médico podrá recomendar una pauta que alivie los síntomas del enfermo y remitir un informe vía correo electrónico.
A finales del año 2011, se ha implantado también el sistema de Telemedicina en la Unidad de Hospitalización Domiciliaria.

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